Se trata de un dispositivo que se fundamenta en la emisión y difusión de señales electromagnéticas. En el ámbito de la minería, puede ser empleado para establecer los límites de formaciones minerales.
Para aquellos que no están involucrados en este campo, a simple vista su estructura puede parecer similar a la de una máquina para cortar césped. Sin embargo, no es así, se trata de un georadar o Ground Penetration (GPR) según sus iniciales en inglés, un dispositivo de prospección que se basa en la emisión y propagación de señales electromagnéticas. Mediante un emisor se produce una secuencia de pulsos, es decir, de señales electromagnéticas que, al atravesar distintos estratos del subsuelo, ocasiona una reflexión de una porción de la energía de la onda incidente. El receptor identifica entonces estas devoluciones, produciendo una recopilación o representación visual bidimensional ‘profundidad-distancia’ del subsuelo, a lo largo de la totalidad de la trayectoria de desplazamiento.
Este dispositivo puede ser utilizado en la actividad minera para la delimitación de cuerpos y afloramientos mineralizados, además de tener una aplicación vinculada a la protección en las operaciones mineras. A través de un georradar se pueden detectar con precisión estructuras en el subsuelo previo a la realización de perforaciones y detonaciones. Además de muchos otros aplicativos que lo convierten en una herramienta necesaria en el rubro de la exploración minera.